La Avenida de la Marina y la Plaza de María Pita podrían ser el paradigma de la Arquitectura gallega de las galerías. Los soportales, la manera de proteger al transehúnte de la dichosa lluvia local.
El restaurante ocupa, precisamente, uno de los bajos de esta característica Plaza, con entrada desde los soportales que plantean el acceso desde Puerta de Aires.
Su ubicación, en este entorno tan privilegiado, ya supone el primer condicionante a tener en cuenta a la hora de plantear el proyecto. El otro aspecto a destacar es la labor que desempeña en la cocina este chef local, dueño del establecimiento: Mirando hacia el futuro pero manifestando su enorme respeto y admiración por la tradición. Y eso mismo, pensamos, debe poner en valor el lugar dónde deleita a sus comensales.
