Vivienda en Plaza de Pontevedra
“… el habitante, el morador, pudo en verdad construír por dentro y por fuera…”
Henry David Thoreau
” La estación se terminó y se inauguró, y también el Palacio del Gobierno y el Banco. Varias ciudades hermanas, apenas unos meses más jóvenes, crecieron en las proximidades. Llegaron obreros de todo el mundo, campesinos y ciudadanos. Llegaron comerciantes y abogados, predicadores y maestros. Se fundó una escuela, tres comunidades religiosas, dos periódicos. Surgió una casa de hojalata y al siguiente una de madera y otra más, cada día nuevas. Y pronto las hubo también de piedra. Los perros salvajes y los búfalos se mantenían alejados. La región se hizo dócil y fértil. Ya al comenzar la primavera los verdes cereales ondeaban en la llanura, dónde se alzaban corrales, establos y graneros, al tiempo que las carreteras cortaban el desierto.”
“Acurrucada en las literas bajo el cielo y las estrellas de papel, plantando un rudo árbol en la habitación, vistiéndome cada día en la caseta de la playa, sin puertas ni paredes y vigilados por Tintín. Así crecí yo, en esta casa, en este oasis de imaginación.”