Vivienda en Ciudad Jardín
La composición es un volumen de líneas puras, resultado de adosar un prisma que contiene las circulaciones verticales y horizontales, forrado con pietra serena, y otro mayor de granito Trasalba que alberga las estancias vivideras.
En el interior, toda la vivienda se comunica a través de un gran hueco vertical que contiene las escaleras y un mural de travertino romano como elemento referencial y de conexión entre las distintas alturas.
Entre la fachada principal y la posterior se ha buscado la creación de líneas visuales que permitan la percepción del exterior y su integración en el interior de la vivienda. Se ha cuidado la apertura de huecos para preservar al máximo la intimidad de sus habitantes y permitir, al mismo tiempo, la entrada de luz natural.
Con objeto de suavizar el entorno de implantación, se presta especial atención al diseño del jardín y la ordenación de la parcela, eligiendo las especies arbóreas, pavimentos y materiales; la glicinea, tapizando los muros de los cierres laterales, los arces, tiñendo de color la zona ajardinada y un escultórico limonero en el patio que conduce a la cocina. El patio de acceso cuyo pavimento es una prolongación de la propia fachada y el agua, también presente en la parcela, deslizándose hacia un pequeño estanque como transición entre la zona aterrazada y el jardín.
El remate se resuelve mediante cubiertas planas con una composición que recuerda a la de las primeras viviendas construidas en Ciudad Jardín.